EMOS

Los emos son una de las tribus urbanas modernas en auge de la actualidad. Hijos de las grandes ciudades y herederos de los ‘punk’, esta subcultura tiene sus orígenes a mediados de los años 80 -en Washington D.C.- y se caracteriza, como muchos sabrán, por el aspecto oscuro, triste y antisocial. Aunque los jóvenes emos de hoy en día nada tienen que ver con los emos nacidos del fenómeno por la música post-hardcore. ¿Qué es realmente un emo? ¿De dónde viene la palabra? ¿Qué es lo que les caracteriza?

La palabra emo es una abreviación de las inglesas ‘emotional harcore’ o ‘emo-core’, que, además de hablar del estilo de música que les representa, hace referencia a ese sentimiento de ‘tristeza o dureza emocional’. Infelicidad y melancolía. Es por eso que, para protegerse y rebelarse contra todo lo social, se visten de negro y se atabían con un aspecto deprimente que enseña que las cosas no están bien. En vez de enfrentarse a la sociedad directamente, deciden envolverse en sí mismos y no utilizar la dureza destructiva de las tribus más hardcores.

Empujados por el estilo de Tim Burton y Johnny Depp, mezclados con ciertas características de los góticos, los emos han evolucionado hasta ser absorbidos como tribu urbana totalmente encajada en la sociedad, en el mainstream. Sus objetivos se han vanalizado, y la crítica ha dejado paso a la simple apariencia, como ocurre con tantas tribus urbanas. Aunque permanezcan las formas, se ha perdido el fondo, convertida en una amalgama de cruces, oscuridad, calaveras y peinados que les tapan los ojos. Como tantos otros movimientos principalmente adolescentes, se convierten en una fuente para llamar la atención, al tiempo que se lucha contra los propios fantasmas interiores que caracteriza a la edad. Es la manera de abrazar el tan habitual ‘soy un incomprendido’ que todos hemos sentido alguna vez.

Asimismo, en plena época de cambios adolescente, puede responder bien a la pérdida de fe, como a una ruptura emocional. Un estado emocional que ha hecho que se replanteara todo, incluso su aspecto. Por supuesto, el componente de rebeldía contra los mayores sigue apareciendo, aunque éste es común para casi todas las tribus urbanas. Llegando a extremos, algunos de ellos llegan a auto-infringirse daño, cortándose las venas con alguna arma blanca, por ejemplo. Normalmente, es también un grito de atención, aunque, en otras ocasiones, puede ser el desencadenante para otro tipo de enfermedad psicológica.